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Diez consejos para comer bien y barato

Para que la cesta o el carro de la compra esté llena de alimentos saludables y además sea barata tan sólo hay que procurar cumplir los siguientes consejos.

1  No compres de forma improvisada. Debes de llevar tu lista de la compra siempre, la cual estará elaborada en base a una planificación semanal de comidas y cenas. Aunque planificar sea algo tedioso te ayudará a ahorrar y comer mejor, además agiliza muchísimo el momento de la compra.

2 Revisa qué tienes en la alacena, despensa y nevera, y no compres si no gastas antes lo que tienes.

3 No hagas la compra con hambre. Muy importante. A primera hora del día o justo después de una de tus comidas es lo ideal. De esta forma evitarás comprar productos poco saludables y totalmente innecesarios para el día a día (chocolatinas, snacks salados, helados,...), que son precisamente los que se comen el presupuesto.

4  Comprarás ofertones que no empeoren tu salud, es decir, verduras y frutas de temporada, ya que al haber mayor oferta son más económicos. La mayoría de los productos que necesitan propocionarse con ofertas son los más caros, los que son baratos de base tienen éxito sin oferta. Esos son los que hay que escoger. 

5  No compres primeras marcas. Son más caras. Revisa mejor el listado de ingredientes del alimento para escoger el que tenga mejor perfil nutricional.

6   Da prioridad a las proteinas de calidad. Rechaza aquellas que indiquen un contenido menor de un 80% de carne en su etiquetado nutricional, escoge cortes más magros, pescados y huevos, siempre revisando el precio. Por ejemplo, los huevos pequeños suelen ser más baratos.

7 Aprovecha las fechas de consumo preferente al máximo y, una vez pasada dicha fecha comprueba si el producto está en buen estado, ya que si se ha conservado adecuadamente podría consumirse sin que ello suponga un riesgo para la salud.

8 Aprovecha las ofertas de productos con una fecha de caducidad próxima (frutas, verduas, carnes, pescados...) para consumirlos el mismo día, o bien frenar el proceso de deterioro congelándolos.

9  No desperdicies comida. Si hay sobras en la nevera, con un poco de gracia se puede transformar la receta y elaborar una nueva, es decir, si hay sobras de crema de calabacín y patata se puede añadir en un estofado de carne para darle jugosidad.

10  Evitarás comprar cortes preparados de carne o pescado. Es decir, en lugar de comprar muslos de pollo o filetes de merluza, compra el pollo o la merluza enteros troceados que resultará mucho más económico y dará versatilidad a tus recetas, incluso, puedes pedir que lo trituren para preparar tus propias hamburguesas. Por supuesto, será imprescindible congelar si no se va a usar la pieza completa en los próximos tres días.