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¿MIEDO A LAS COMILONAS NAVIDEÑAS?


Aunque estas fechas conlleven multitud de celebraciones alrededor de una mesa colmada de manjares, si te organizas bien, cuidar tu alimentación será más fácil de lo que piensas, sin necesidad de renunciar al placer del paladar.


Seguro que más de uno o una ha tenido una digestión pesada,  acidez gástrica o reflujo después de una comida festiva, incluso ha terminado las fiestas con unos kilos de más. Si además eres diabético, hipertenso, tienes alto el colesterol o eres fumador, tu salud cardiovascular debe estar aterrada pensando en la difícil lucha antiinflamatoria que le espera; y si tienes algún tipo de intolerancia alimentaria (gluten, azúcares, etc.) tendrás que utilizar tu asertividad más que nunca para vigilar que la comida no te acabe produciendo desde molestias leves (reflujo o abdomen inflado) o más serias (diarreas) que impidan que pases unas reparadoras vacaciones.


Son muchos los consejos que podría dar para las intolerancias alimentarias, los dejaremos para otro momento te propongo que te olvides de tu peso, ya que tan sólo es el reflejo de unos malos hábitos, y te invito a que te esfuerces en aplicar las siguientes pautas dirigidas a controlar enfermedades mucho más prevalentes (colesterol, triglicéridos, azúcar o tensión arterial). 

CONSEJOS PRÁCTICOS
-  Reserva. Procura esperar a las fechas señaladas para empezar con el consumo de dulces navideños; aunque en los supermercados los empiezan a vender en octubre las fiestas no empiezan hasta el 24 por la noche.
-  Días previos e intermedios a las fiestas:  es aconsejable que sigas una alimentación lo más equilibrada posible. Lo mejor es que tu bebida habitual sea el agua y en el desayuno, el postre y  merienda sustituyas los dulces por fruta siempre y, de vez en cuando, por queso fresco, requesón o yogur (griego o normal) natural sin azúcar y, mejor todavía si además no es edulcorado.
-  Planifica. Si eres el anfitrión, es aconsejable que a la hora de organizar los menús festivos procures ofrecer un entrante ligero, como por ejemplo, un consomé, una sopa, un caldo o una puré de verduras. En la mesa siempre habrá algún acompañamiento que incluya verduras u hortalizas frescas, por ejemplo, crudittés, pinchos, canapés, etc. De segundo plato puedes ofrecer recetas tradicionales con pescado o carne con guarnición de verduras. Recuerda que el aceite de oliva es de las grasas más saludables, tanto para cocinar como para aliñar. Compra pan integral o de semillas,  estarás haciendo un bien para todos los comensales, puesto que aportarás más fibra y sustancias fitoquímicas a la dieta que las que ofrece el pan blanco.
Aliños con gracia.  Deja descansar un poco el salero y usa más el pimentón dulce para los platos salados, romero para la carne, eneldo para el pescado y salsa ácidas (limón, salsa de yogur casera, vinagretas...) en las ensaladas. 
- Postres. Sirve piña natural, brochetas o sorbetes de fruta, aliviarás la digestión. Después de la fruta (y digo después en mayúsculas y negrita) puedes ofrecer una degustación de dulces navideños en platitos pequeños para repartirlos por la mesa y que todos puedan llegar.
-  De beber. El alcohol, además de ser una sustancia tóxica, aporta muchas calorías y contribuye a hace que el hígado acumule grasa lo cual tiene consecuencias graves si no se pone remedio. Si aún así no te convence la idea de dejarlo, te recomiendo que leas este riguroso y actual artículo escrito por Julio Basulto,  dietista-nutricionista y escritor-divulgador formidable, además de excelente docente (pues tuve el gusto de disfrutar de sus lecciones magistrales en la facultad). Por otra parte, las bebidas calientes  (infusión o café) ayudan al estómago en su proceso digestivo, pero si lo que comes es rico en grasas o azúcares, no evitarán su absorción, a pesar de lo que hayas escuchado.
-  No te saltes ni una comida (de 3 a 5 al día, según las horas que duermas y la actividad que hagas).  Si te saltas el tentempié/comida previa a la comilona llegarás con hambre voraz y comerás más de lo que tu organismo necesita (a nos ser que tengas afición aférrea al deporte de intensidad), acumulándolo en forma de grasa. Si además tienes en cuenta que estas comidas son más copiosas de lo habitual el incremento sería significativo. Es entonces cuando subirás de peso.
-  Ejercicio y aire fresco. Si no te gusta el gimnasio, recuerda que no es la única opción. Con guantes, gorro, bufanda, botas y abrigo ¡que no te pare el frío! Aprovecha las horas de sol. Réstale al sillón y suma vitalidad. PUedes animar a amig@s para quedar si te cuesta hacerlo sol@. Proponle a la familia visitar un bonito Belén a pié; si hace buen día, visitar senderos de la zona para descubrir paisajes nuevos, y si hace mal día pon un poco de música, mueve muebles del salón para hacer espacio y saca alguien a bailar! De esta forma, además de cuidar tu maquinaria te pondrás de buen humor y provocarás situaciones muy agradables, incluso risas. ¡No pierdas la oportunidad!


Recuerda que estas recomendaciones funcionan si tienes un estilo de vida coherente con tus circunstancias. Si tu condición va de la mano de una o varias patología, estás en una etapa de especial atención como infancia, embarazo, menopausia, o incluso te entrenas en alguna disciplina deportiva, puedes consultarme llamándome al 690.107.162 o enviándome un e-mail a annadominguez.nutricionista@gmail.com.


¡¡FELICES FIESTAS!!

Anna Domínguez Masó
Dpda. en Nutrición Humana y Dietética por la Facultat de Medicina de Reus.
Col CV-00267
Dpda. en Enfermería por la Escuela Universitaria de San Juan de Diós de Barcelona.
Col. COEC 4540

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