arle Mi hijo es delgado ¿qué puedo hacer para que esto cambie?
Entonces, en una sociedad en la que la obesidad es un problema prioritario a nivel de salud pública (recordemos que según la última Encuesta Nacional de Salud 2017, 1 de cada 3 niños sufren exceso de peso) un niño que esté por encima de la media está a las puertas de padecer obesidad, con todo lo que ello conlleva: instauración de patologías como diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, incluso es más susceptible de sufrir acoso escolar.
Pero, todo el mundo me dice que está demasiado delgado
Al grueso de la población adulta no les gustan los niños delgados porque durante cientos de años, un niño flaco no sobrevivía el año de mala cosecha o si sufría una diarrea infecciosa, mientras que el regordete sí. Así, la cultura popular ha transmitido durante generaciones esta idea de que es mejor que los niños tengan reservas grasas, por si a caso. Eso era verdad hasta hace unos 70 años, en España. Hoy en día no tiene sentido.
Entonces ¿si está delgado no tengo que preocuparme?
Si tu hij@ está por debajo de la media de peso y talla hay que revisar si tiene síntomas de enfermedad. Si no hay síntomas de enfermedad ni tendencia a la obsesisón por ciertos alimentos y el niño está activo y contento, es un niño delgado y sano, y no hay que temer a nada, sino aceptar que el niño es delgado.
En cuanto a la talla, también los padres suelen preferir que sean más altos. Veamos, lo que más influye en la talla es la carga genética (que hasta la 5ª generación se puede heredar). En la postguerra, a pesar de tener una genética de talla alta, por falta de recursos alimentarios habían más problemas de desnutrición y se tendía a una talla más baja; hoy en día, esto ocurre en menor frecuencia, o bien porque hay problemas alimentarios o porque existe una patología que impide la suficiente absorción de nutrientes. Por otro lado, ser alto no lleva sólo ventajas; como todo, también tiene sus inconvenientes ya que pueden aparecer problemas de espalda o de rodillas con más facilidad.
Por tanto, siempre que tu hij@ esté libre de enfermedad, no hay que obsesionarse en su peso o talla, sino que hay que ocuparse de que sean felices, y para ello es importante que no sientan la angustia de unos padres que quieren que sean algo que no son.
Ahora bien, si tu hij@ tiene delgadez y dudas de si sufre alguna patología o de si es causa de estar comiendo demasiado poco, no dudes en visitarnos. Como enfermera he trabajado durante cinco años en servicio de pediatría hospitalaria y centro de salud, como nutricionista he acompañado a muchas familias en el cambio de hábitos alimentarios; además poseo dos postgrados en alimentación infantil (Hospital Vall d’Ebrón, Barcelona) y estoy certificada por la IHAN para el acompañamiento en la lactancia materna.
Espero que esta información haya sido útil para ti.
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