Después
de las fiestas de Navidad algun@s habréis cogido unos kilos de más, que ahora
estaréis intentando perder. Y, ¿por qué no hacer una dieta milagro? Sí, una dieta
como la Dukan, la del Dr. Atkins, la del Dr. Shelton, la Montignac, la Pronocal, la de la Clínica
Mayo, la enteral Planas, la Scardale, la del grupo sanguíneo, dieta de la luna...
y otras muchas. La respuesta es: porque te harán más mal que bien, y lo dice la
AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), ya que están basadas en intereses económicos, sin
importar la salud y el bienestar de sus seguidores.
¿Qué efectos inmediatos
tiene una dieta milagro en nuestro cuerpo?
Estas dietas consisten en comer
menos de lo que necesitas, o en comer pocos o ningún hidrato. El organismo
compensa la carencia energética consumiendo su propio músculo. Esto provoca:
pérdida de músculo y formación de sustancias tóxicas (los cuerpos
cetónicos entre otras). Además, las situaciones de ayuno ponen en marcha
mecanismos nerviosos y hormonales que permiten que el cuerpo saque provecho del
poco alimento que recibe.
Has dicho que se pierde músculo, ¿y qué hay de la
grasa corporal?
Quien sigue estas dietas relaciona
la pérdida de peso con la pérdida de grasa. Pero no es así. Lo que ocurre, es
que el músculo es muy rico en agua y como hemos visto, se destruye para ser
consumido, ¿sí?. Es decir, lo que se pierde mayoritariamente es el agua que
liberan los músculos al romperse. En ocasiones, este proceso se refuerza con el
consumo de diuréticos (fármacos que promueven la excreción de orina) o
productos que dicen tener tal efecto, lo que conduce a una, aún más, llamativa
pérdida de peso. ¡Cuidado! Pueden hacerte creer que
retienes mucho líquido para justificar la compra del producto “diurético”,
cuando es totalmente innecesario.
Libro del dietista-nutricionista Julio Basulto.
Por qué no creer en las dietas milagrosas
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Y ¿por qué se vuelve a ganar peso al dejar de hacer una
dieta milagro?
Es lo que se conoce como efecto
“rebote” o “yo-yo”. Por una parte, tras hacer la dieta, el cuerpo necesita
menos comida que antes, aunque el apetito sigue siendo el mismo o incluso
mayor. Además, retomas los hábitos de vida que llevabas antes de la dieta. En
resumen: comerás más de lo que tu organismo necesita y ganarás peso en forma de
grasa. Si estás en esta situación te recomiendo acudir lo antes posible a un Diplomado
Universitario en Nutrición Humana y Dietética, profesional sanitario reconocido
por la legislación española y europea como el idóneo para asesorar en materia de nutrición y alimentación.
¿Por qué suponen un riesgo para la salud?
Según el Consenso del 2011 de la
SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) pueden producir:
trastornos psicológicos (ansiedad, irritabilidad emocional derivada de estados
de frustración); trastornos de la conducta alimentaria (como anorexia nerviosa,
picoteos compulsivos ...), a veces de mayor gravedad que el propio exceso de
peso; debilidad por déficit muscular; osteoporosis, cálculos renales o déficits
vitamínicos y minerales..., entre otros. Además, con el efecto yo-yo, el
aumento de grasa favorece la aparición de patologías cardiovasculares.
¿Hay alguna
característica que permita diferenciar estas dietas de los métodos saludables?
Sí. En toda ellas a) se promete una
pérdida de peso rápida: > 5 kg/ mes, b) dicen que se pueden llevar sin
esfuerzo y c) anuncian que es completamente segura, sin riesgos para la salud.
Ya veo que el secreto está en no creer en los milagros.
Más vale perder peso poco a poco. Ya lo dice el refrán: las cosas de palacio van despacio.
¡Eso es! Y si te interesa saber
cómo alimentarte de forma saludable u otras cuestiones sobre alimentación y
salud, puedes asistir el próximo jueves, 24 de enero, a una charla que tendrá
lugar a las 17 h., en el Salón de Actos de la Caja Rural San José (Almassora), con
la colaboración de la Asociación de las Amas de Casa.
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